En 1912, por iniciativa del entonces director del Observatorio de la Universidad Nacional de La Plata, profesor don W. J. Hussey, se incluyó en el programa de trabajos de este instituto la determinación de la posición exacta y del brillo de todas las estrellas, hasta la novena magnitud inclusive, comprendidas en la zona de -52º a -82º de declinación. Este trabajo debía constituir la prolongación hacia el sur del vasto plan formulado en 1867 por la Astronomische Gesellschaft y ya realizado totalmente en cuanto se refiere al cielo boreal. El Observatorio Nacional de Córdoba se había reservado las zonas de -22º a -52º y de -82º a -90º.
La zona de -52º a -57º fue adjudicada al astrónomo don Paul T. Delavan, quien inició sus observaciones a principios de 1913. La zona contigua, de -57° a -62º, fue encomendada al astrónomo don Félix Aguilar, que empezó sus observaciones un ano después, el 4 de enero de 1914. En la observación de estas zonas los astrónomos citados emplearon el círculo meridiano Gautier.