El rol del Estado Municipal estuvo relegado, hasta ahora, a un segundo orden y no existió una participación clave del mismo en la formulación de políticas indicativas locales y regionales, y menos aún en la planificación de estrategias de desarrollo. Sin embargo, los profundos cambios en el contexto nacional y mundial le exigen que asuma, por la necesidad de su gente, el rol de protagonista principal en la construcción de su futuro. Pero para esto, es necesario tener objetivos claros compartidos por una Comunidad comprometida y ser capaces de diseñar e implementar estrategias eficaces para poder alcanzarlos.
Para poder desenvolverse con posibilidades de progreso en este nuevo y complejo escenario, es necesario optimizar dos herramientas imprescindibles:
Es necesario tener un conocimiento preciso de cada uno de los aspectos y lugares que conforman la realidad local y de su evolución, basado en un sistema de información propio (en donde la estadística es sólo un aspecto), confiable y permanentemente actualizado, que permita seguir la evolución sectorial y localizada de la Comunidad en la disponibilidad y calidad de los servicios públicos de infraestructura, en la calidad ambiental y de los servicios sociales como la educación, la seguridad o la salud, en el crecimiento armónico de la ciudad y en la localización de la población, el déficit de la vivienda y la disponibilidad y valor de la tierra vacante, en la economía local y regional contemplando todos sus aspectos, el dinamismo en la evolución del PBI local, la calidad de la ocupación, la desocupación, los procesos de inversión y el comportamiento de las variables económicas y sociales con incidencia en el desarrollo local.
Y es necesario contar con Instituciones y Representantes sectoriales organizados, con objetivos claros y Consejos Vecinales u organizaciones representativas y participativas por barrios específicos o agrupación de barrios, que fortalezcan los vínculos con el municipio, fijen sus prioridades y controlen la eficacia de los servicios públicos y su propia calidad de vida. Sin ellos se dificulta el necesario proceso de concertación, que ordena la participación y articula los intereses genuinos que conviven en una Comunidad.
A partir de aquí se desarrolla un análisis del estado de situación ambiental, social y económica del Partido de Alberti, acompañado por una serie de propuestas específicas para consolidar los aspectos positivos y revertir aquellos que demoran o atentan contra el progreso colectivo.