Punto de partida, Escenario de llegada, o trayecto tránsito camino… que, sin ser excluyentes, son alternativas para pensar aquello de que la “educación es un bien público social, un derecho humano y universal, y un deber del Estado” establecido por la Declaración Final de la CRES 2008 en Cartagena de Indias. Lo hacemos desde nuestra convicción política situada en la Universidad Nacional de La Plata, desde una prospectiva educativa fundada en el Planeamiento institucional y mediante el análisis comunicacional de lo estructural y sistémico.
La UNLP destinó su Futuro bajo el modernismo de los estudios científicos, el espíritu asociativo y confraterno entre maestros y discípulos, la preocupación por la difusión social de los conocimientos generados y la formación de "docentes para escuelas y colegios, científicos para el desarrollo de las ciencias y la industria, y filósofos para la conducción de la República", abordando la dicotomía entre enseñanza científica y profesional, destacando la utilización práctica del conocimiento científico.
Esta pulsión original forma parte de la genética institucional. Ahora bien, la situación actual de nuestras Instituciones en el conjunto del "mundo" occidental deriva entre la crisis estructural y las respuestas de los "ciudadanos universitarios" que no producimos, lo cual tampoco parece interesar al mundo exterior de lo que se ha dado en llamar la suprema Autonomía. La batalla es desigual en la disociación entre la original "universalidad" de los saberes buscados, con los compromisos cada vez más arraigados en intereses particularísimos del vasto campo del Mercado como ordenador hegemónico de las políticas públicas contemporáneas.
El golpe que el neoliberalismo propinó al sistema capitalista, al cual pertenece, afectó a todas las formas de producción y transmisión del saber.
Las instituciones latinoamericanas hemos acumulado dolorosamente experiencias sobre lo que es una crisis, desarrollando saberes de sobrevivencia y tecnologías de subsistencia. Sin embargo, es en América Latina donde más se avanzó en una educación superadora del modelo normalista liberal europeo, que recibimos como legado. Encontramos que la extensión de la cultura y la escolarización, tuvo siempre como motor las políticas que representaron a las masas y requirieron de la educación para poner sostener políticas de desarrollo. Éstas forman parte de una clara concepción educativa, que asume políticas universales, inclusivas, otorga protagonismo a los ciudadanos, vincula con la producción y el trabajo antes que con el Mercado, alienta saberes para una distribución justa de la riqueza material y simbólica. Se trata de combinar soluciones a problemas educativos residuales de la modernidad y de profundizar el destino democrático popular de la política educativa.
Concluimos la paradoja que ha acumulado la Educación Superior en nuestros territorios: la mejor prospectiva estratégica es el recuento de los incumplimientos históricos, no para estigmatizar el Futuro sino para hacerlo camino entre las alternativas dialécticas, trayecto nuevo, tránsito efectivamente democrático: para ser opción ante un pasado que puede condenarnos a empujar nuestra piedra una y otra vez, mientras en las banquinas esperan su marcha todos los que verdaderamente necesitan caminar avanzando, o los que sólo pueden avanzar caminando… que no es lo mismo.