Las colecciones de proverbios que forman nuestro Corpus Paroemiographorum Graecorum son resúmenes de resúmenes de otros resúmenes anteriores, que remontan en última instancia por intermedio de la colección de Zenobio, a la gran recopilación de refranes en trece libros de Dídimo, quien a su vez recogió la erudición precedente, cuya obra más destacada fueron los estudios de Aristófanes de Bizancio. Esta compleja, y a menudo oscura transmisión, ha provocado que tanto los lemas como las explicaciones de los proverbios presenten con frecuencia problemas textuales o de interpretación, como consecuencia en muchos casos de los sucesivos recortes o de la yuxtaposición, no siempre feliz, de fuentes diversas.