Este trabajo propone un análisis teórico de mi práctica artística realizada en el año 2018 en Medellín Antioquia. Allí me valgo de la técnica de muralismo como dispositivo de arte público, busco la problematización de categorías de creación, trabajo colectivo, comunitario y movilización social. Tomando en cuenta lo anterior, denomino este proceso: “APIT”, Arte Público Integral para Todos, un proyecto que pone el arte en una perspectiva participativa, comprometida por y para la sociedad, que supone que el artista es un sujeto responsable de su entorno y coherente con su realidad social. En mi desempeño como artista, he descubierto que el muralismo contribuye a la construcción de comunidad, donde el proceso de creación, ejecución y socialización de la obra tiene una capacidad de aportar a la reconstrucción del tejido social. Así las cosas, he decidido recurrir al arte público como una forma de movilización que abona a la restauración de la sociedad, en particular, de la ciudad de Medellín altamente afectada por conflictos civiles y económicos. Así, desde un compromiso estético me permito la intervención del espacio de una manera sensible.