Pensar nuestra Universidad es imaginarla en el mundo, en el país y en su región, aportando a sus desarrollos, enseñando, produciendo y transfiriendo conocimientos e integrándose a la sociedad que la compone y de la que forma parte y se nutre, contribuyendo con su pensamiento crítico y propositivo, capaz de incidir mediante la formulación de respuestas alternativas, en los cambios sociales necesarios. Es concebirla comprometida con los paradigmas del desarrollo humano sostenible, la educación permanente, la cultura de la paz, el respeto, el ejercicio de los derechos humanos y la democracia, la formación en valores y la tolerancia, con la expectativa global de la inclusión, esencial para la movilidad social; y comprometida con la producción y transmisión de conocimientos capaces de contribuir a su superación.
Pensarla es reconocerla dotada de un carácter científico/tecnológico progresista que le ha permitido construir una identidad planificada y acorde a los tiempos y demandas de los próximos años, basada en las banderas históricas que la definen como universidad reformista, pública, gratuita, autónoma y cogobernada, y desde la búsqueda permanente de consensos a partir del debate y la integración de las diferentes posiciones.
Como gestión, asumimos el desafío de ubicar a la UNLP como una de las casas de estudio con mayor desarrollo y proyección del país y de América Latina.