El diseño de una estrategia de desarrollo local comprende no sólo al crecimiento económico (que siempre debe entenderse como una estrategia instrumental al servicio de la sociedad para mejorar su calidad de vida), sino y fundamentalmente al soporte ambiental y social sobre el que se asienta esa estructura económica, y que es la oferta básica del territorio.
Para alcanzar las metas propuestas y consolidarlas, es necesario tener un conocimiento preciso de la realidad físico-ambiental, social y económica del territorio y de la Comunidad de Magdalena, analizarla e implementar los mecanismos para su actualización permanente, que permitan medir la evolución de las pautas de calidad de vida. A la sombra de la desinformación, el Estado muchas veces fue cómplice de privilegios políticos, sociales y económicos.
Debemos saber con precisión cómo es hoy Magdalena y su Comunidad (habitantes, instituciones y empresas), y esta información, así como las mediciones de su evolución, deberá publicarse y difundirse, dándole a la Comunidad los elementos concretos sobre los que deberá fundamentar su aporte.
Sobre esta base es que debemos saber qué quiere ser ese territorio y esa Comunidad, por dos razones elementales, porque sin consenso, participación y concertación no es posible implementar una estrategia que involucra a toda la Comunidad y porque el objetivo no es construirle el bienestar a la gente, sino generar el ambiente que le dé la posibilidad para que ellos lo construyan.
Y para esto es necesario establecer una profusa participación e intercambio con cada uno de los sectores que conforman su estructura, atendiendo a la problemática local, los aportes e inquietudes de cada uno (desde las asociaciones de fomento a la comunidad educativa y desde las cámaras de comercio y producción a los colegios profesionales, proveedores de servicios a la industria, organismos o instituciones), pero mostrándoles, con el conocimiento y la información integral que permite el primer paso, las posibilidades de la realidad de su contexto y el rol que debieran cumplir para poder transformarlo. Este conocimiento sectorial se debe complementar con consultas generales a la población en las que cada familia pueda manifestar cuáles piensa que son las prioridades para su cuadra, barrio, ciudad y región. A su finalización sabremos cuál es realmente el punto de partida, cuáles son los objetivos que queremos alcanzar, qué dificultades debemos sortear y qué posibilidades concretas tenemos de alcanzarlos.
Es imprescindible contar con estos elementos para la planificación de estrategias que identifiquen el camino más corto que nos permita alcanzar los objetivos planteados. El diseño de la estrategia para conseguir el progreso aspirado debe fundarse en un conocimiento preciso de la realidad local y de las aspiraciones de la gente.
En este trabajo inicial de recuperación y análisis de la información como elemento estratégico, y de primera identificación de prioridades y posibilidades, culmina la descripción del escenario actual que determina los factores favorables y adversos en el diagnóstico, y posiciona a la ciudad y al Partido de Magdalena en el escenario prospectivo deseado, eternamente vulnerable a un contexto que no siemprejuega con las mismas reglas.