En el presente trabajo nos proponemos estudiar en qué medida catas reflexiones pueden ayudar a una mejor comprensión de ciertos pasajes de Heródoto y Ctesias que establecen entre Arístídes y Temístocles una contraposición similar a la que Sófocles planteaba entre Neoptólemo y Odiseo. Es que no parece haber sido observado que el contraste entre estas dos categorías psicológicas aparece también en Heródoto. En efecto, la primera vez que -en la obra del historiador de Halicarnaso encontramos mencionado el nombre de Arístídes, leemos unas 1íneas por un lado transparentas y, por otro, un tanto enigmáticas: Cruzó de Egina Arístides el hijo de Lisimaco, ateniense... al que yo he venido a considerar, tras informarme de su carácter, el hombre más excelente y justo que hubo en Atenas. El contenido del pasaje es claro, pero llama la atención su forma, que ha inducido a Meiggs a pensar que, a esta respecto, Heródoto pueda haber tomado parte en una controversia.