El tatuaje es una práctica artística-social que surgió hace miles de años, con diversos usos tales como comprometer a un individuo de manera permanente con una comunidad específica (transformación colectiva), marcar la transición de la infancia a la adultez (de joven a guerrero, de aprendiz a chamán, etcétera), o bien como símbolo de madurez luego de una transformación individual. Actualmente es símbolo de potestad del propio cuerpo. El presente trabajo, de carácter experimental-práctico, da cuenta de mi exploración sobre la técnica del tatuaje a mano, o como es llamada hoy en día, handpoke. Indago algunas de sus variables estéticas, mi proceso de producción transitado entre los años 2015 y 2018, y la forma en que esta técnica ha ayudado a singularizar la producción del tatuaje, ofreciendo un punto de vista no virtuosista —es decir, no centrado en un desarrollo con gran habilidad—.