Las próximas elecciones para el Parlamento Europeo (PE) no serán un evento trascendente ni fatal. Pero la campaña electoral está sacando a la luz un costado oscuro de la presente evolución de los partidos.
No serán trascendentes en la historia de la integración ya que las políticas más controvertidas de la Unión de hoy, tal como aquellas para gobernar el euro o para encarar la crisis económica, desde los “presupuestos equilibrados” hasta las “reformas estructurales”, no prevén la participación de la cámara.