La obra maestra de Piglia está construida con un procedimiento formal específico, que es el que define al género “diario”, aquel que anuda tiempo y escritura en una continuidad que no está dada de antemano. Ese procedimiento (y no el tema, diría Renzi) es el que trae a la lectura una cuestión que interesa: cómo se construye la continuidad de algo y cómo se interrumpe. [Extracto del texto original]