Un clásico dicho de uso corriente expresa que los hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres. Con esa frase se quiere evidenciar que cada época imprimió características peculiares a los sujetos, confrontándolos con determinados problemas, con instituciones particulares, con tecnologías y modos de entender la cultura que los moldearon y los ayudaron a devenir adultos. [Extraído del texto original]