El antifascismo, como tema de intrincado debate político e histórico internacional, ha estado a menudo rodeado de un hálito, que si no puede considerarse como místico, al menos supo responder -en ocasiones- a proyecciones historiográficas de tinte idealista y heroico, que si bien supieron recoger aspectos interesantes del pasado de este fenómeno, dejaron -por otro lado- reducidas a un intransitado cono de sombras, otro tipo de prácticas de sociabilidad y movilización que aunque también invocaban.el nombre de la originaria oposición al fascismo, no contaron nunca con la espectacularidad de las acciones résistantes más recordadas.
Consideramos, sin embargo, que un antifascismo periférico como el argentino, se ha construido -principalmente- desde otras prácticas concretas, diferentes de las que la epopeya antifascista estableció como discurso de combate y divulgó desde una imagen internacionalizada del fenómeno.
Los antifascistas argentinos -aunque sin dejar de remitirse a menudo al imaginario recibido de sus pares europeos-supieron encauzarsu actividad de acuerdo a intereses concretos de lucha, disputa y consensos locales que no tenían que ver necesariamente con el escenario bélico de ultramar, aunque se presentaran discursivamente bajo los recorridos tintes de un patetismo, un heroísmo y una beligerancia similares.
Interesados por estas prácticas concretas de movilización y sociabilidadque el antifascismo argentino supo promover, hemos intentado -para reforzar nuestra hipótesis- centrar nuestra atención en las localidades del interior bonaerense, sobre las cuales el tema en cuestión ha sido descuidado y cuyo déficit de interés pareciera estar centrado, precisamente, en la falta de espectacularidad de las acciones llevadas a cabo.
Analizaremos en este texto, el caso de promociones antifascistas sostenidas por miembros del Partido Socialista, una organización especialmente interesada en mostrarse como propulsora de estasluchas y en utilizar esa característica como método de estrategia política.
Nuestro artículo se centra en dos casos testigos en las ciudades de Baradero y Luján, a partir de la consulta completa de todos los números editados -durante el período de segunda guerra mundial- de los diarios locales de tendencia socialista, "La Democracia", "Tribuna Roja" y "Verdad".