El libro que aquí se reseña expresa la misma convicción que llevó a su autora a interesarse (y a interesarnos) por la prensa educativa y por esquivar miradas estereotipadas de la educación que a veces denuncian sus crisis, otras ensalzan a sus héroes y epopeyas, y otras tantas prefieren los modelos y no los matices. En sus palabras, las revistas educativas constituyeron desde mediados del siglo XIX “un ámbito desde donde se pensó, se organizó, se discutió, se propuso, se redefinió y se renovó la educación”. Por esto, a manera de hipótesis, Finocchio afirma que las revistas educativas remiten a la producción de los sujetos del mundo educativo, a quienes han sostenido en su hacer cotidiano desde la configuración misma del sistema educativo, tanto como “a la cultura de lo escolar y a los procesos simbólico-políticos ligados a la conquista de lo celular de la educación”.