El concepto de pluralidad tiene una presencia clave en la narrativa del presidente Alberto Fernández y es utilizado como meta para alcanzar un ideario democrático de organización y contención de la ciudadanía. La apelación discursiva de la pluralidad no aparece como sedante o simulacro de inclusión, sino como un reconocimiento de conflicto y una intención de coordinación en contexto de crisis. De este modo, el aspecto de lo plural dialoga con una búsqueda de concertación y de tratativas que procuran, a toda luz, evitar la retórica de la grieta y el antagonismo.