Los docentes de lenguas extranjeras solemos abordar la narración desde una perspectiva puramente lingüística: ya sea para enseñar o practicar las características del tipo textual, como recurso didáctico para enseñar o repasar vocabulario, promover la incorporación de patrones de entonación de L2, y perfeccionar la habilidad de la escritura a partir de la lectura, entre otros. Sin embargo, la narración oral es anterior a la escritura; lo narrativo se encuentra en la base de la transmisión de valores que conforman el "código de convivencia” del grupo social al que el individuo pertenece. Este aspecto es especialmente relevante en las clases de adolescentes, grupo en el cual se centra nuestro trabajo.
Nuestra propuesta es reflexionar acerca delas ventajas del empleo de relatos orales en la “clase de lengua extranjera en pos de incentivar el pensamiento crítico en alumnos jóvenes, a fin de que puedan canalizar de manera más positiva los sentimientos típicos de su edad y expresarlos en L2. Además, consideramos importante que el docente conozca algunos de los mecanismos cognitivos que se activan a partir de la narración y que permiten organizar nuestra experiencia en niveles progresivamente más abstractos, por lo que haremos una breve referencia a ellos tomando como marco teórico los aportes innovadores de la perspectiva experiencialista y la lingüística cognitiva.