La indagación de las relaciones entre una práctica científica y la reflexión filosófica implica reunir fragmentos discursivos, cada uno con una complejidad que le es inherente; al abordar los problemas concernientes a la elaboración de la mecánica clásica, éstos se han de situar en el interior de un proceso más vasto de construcción de conceptos con su propio campo de intereses y significaciones. Así, la discusión acerca del modo de evaluación del movimiento en el siglo XVII planteaba preguntas acerca de la distancia entre lo efectivamente observado y las leyes básicas de la física, cuya solución por parte de Leibniz pondrá en juego principios de orden general que no son ajenos a los proyectos y objetivos a los que el filósofo dedicó su vida.