Durante cierto tiempo, el antifascismo fue concebido como un fenómeno eminentemente circunscripto a las manifestaciones específicas de resistencia en contra de los gobiernos de Mussolini y Hitler y de los regímenes que instalaron en Italia y Alemania, respectivamente. Incluso para cierta historiografía, sólo recientemente, la tematización sobre el antifascismo ha podido ser desarrollada de manera legítima para otros casos cercanos y para los que parecieran – sin embargo- sobrar las razones para incorporar dicho vector de análisis, como sucede en relación a la España de la Guerra Civil y el franquismo.