En América Latina, y por las mismas décadas en las que se celebran los bicentenarios de las independencias, se nota cada vez más la globalización de los autores.
Como en un movimiento pendular, esta reivindicación de lo propio convive con una descentralización de las producciones culturales y su circulación más ágil en diversos medios. Ya no pareciera existir, en general, ese dudoso superyó del autor en cuanto a temas o asuntos a tratar. Está claro que la historia general, la política y la microhistoria.