El ámbito de fijación escritural de las lenguas románicas que se llevó a cabo en la baja Edad Media ha sido y sigue siendo un Iocus teórico y crítico de especial interés para ser abordado desde perspectivas que lo iluminan con distinto signo. En el estudio de este período, los interrogantes acerca de cómo se opera la conversión de la historia en discurso, o del complejo proceso que ha tenido lugar cuando un acontecimiento se fija en un texto historiográfico e ingresa, paralelamente o con posterioridad, en el ámbito de la oralidad en formas legendarias o poéticas tradicionales, han tenido respuestas opuestas, convergentes o complementarias, relacionadas con el análisis de las fijaciones orales y escritas.