En Argentina, la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras (LE) posee una importante tradición en todas las instancias del sistema educativo. La promoción de escuelas plurilingües de gestión oficial, el auge de asociaciones de profesionales, el florecimiento de certificaciones nacionales y regionales o la envergadura de la capacitación a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio demuestran el valor innegable que la sociedad atribuye a los idiomas. Para dar satisfacción a la gran demanda de profesores, existen departamentos de lenguas en las universidades o bien, institutos específicos de formación docente. Destacamos de manera especial que varios de estos centros poseen más de 100 años como es el caso de IES en Lenguas Vivas “Juan R Fernández” o el ISP “Joaquín V. González” de capital federal. En este largo período, la capacitación de los profesores ha seguido los cambios que derivan de las orientaciones didácticas de cada momento histórico. Cabe señalar que dichas corrientes, en su gran mayoría, han sido tradicionalmente marcadas por los países hegemónicos. Sin embargo, además de dichas influencias metodológicas innegables, sabido es que las prácticas educativas propias de cada país juegan un papel considerable en la transmisión y la circulación de los saberes. En este trabajo nos proponemos mostrar algunas características de la formación de los docentes de lenguas en nuestro país y destacar los pasos dados desde la contextualización local para abandonar usanzas rutinarias del pasado y entrar de lleno en las exigencias del siglo XXI. En este punto, un aspecto que consideramos esencial se refiere a las necesidades de un mayor contacto y fluidez en el intercambio ínter- lenguas como vía de asentamiento de las lenguas minoritarias o minorizadas y, por ende, como camino hacia el plurilingüismo.