La investigación en torno a la universidad como objeto de estudio alcanzó un amplio desarrollo en las últimas décadas en nuestro país, a la vez que contribuyó a formar un dinámico campo de estudios en plena expansión. No obstante, las líneas de trabajo y la reflexión sobre la problemática específica de los estudiantes fueron relativamente escasas (con predominio de los enfoques sociohistóricos) o bien abordadas tangencialmente desde un tratamiento centrado en la democracia y/o el gobierno universitario. Durante un largo tiempo, el auge de los enfoques sistémicos y de corte organizacional tendió a acentuar el desplazamiento del actor estudiantil del centro de la producción académica en favor de las cuestiones de gobierno y gerenciamiento de la estructura universitaria y de sus engranajes internos sobre la base de esquemas estandarizados a escala global.