Cuando Lacan escribe que el comienzo de la guerra ideológica es la diferencia significante y lo encadena a la imposibilidad de pactar acuerdos, porque son lo mismo, pero sin embargo van a divergir en sus luchas, ubica lo irreconciliable de dos posiciones. Se puede sostener sin inconvenientes que lo real queda determinado por los significantes; Caballeros y Damas serán dos patrias en pie de guerra.