El inicio de la historia de las enfermedades infecciosas estuvo caracterizado por súbitos brotes impredecibles, frecuentemente de proporción epidémica. Los adelantos científicos de fines del siglo XIX y principios del XX concluyeron en la prevención y control de muchas enfermedades infecciosas, particularmente en países industrializados. A pesar de estas mejoras en la salud, los brotes de enfermedades infecciosas continúan ocurriendo, y surgen nuevas infecciones. Desde 1987, el «Institute of Medicine» (IOM) del «National Academy of Science’s» ha publicado tres informes que han identificado a la erosión de la infraestructura de salud pública entre los factores que contribuyen a las enfermedades infecciosas nuevas y reemergentes. En asociación con muchas organizaciones privadas y públicas en los Estados Unidos y extranjeras, los «Centers for Disease Control and Prevention» (CDC) han desarrollado un plan estratégico que enfoca las prioridades que ubica en primer lugar en el informe del IOM y sirve como una guía para el CDC y sus participantes para combatir las amenazas de microorganismos emergentes a la salud. La vigilancia basada en el laboratorio, mejores redes de comunicación, y los mejoramientos en la infraestructura de salud pública son la piedra angular de la estrategia.