Indudablemente encarar la obra y en especial la poesía de José Lezama Lima (1910-1976) involucra muchos interrogantes por su hermetismo y complejidad. Frente a este universo solamente podemos proponer ciertos recortes, atisbar algunas lecturas considerando sobre todo la realización de aportes que den cuenta de su poesía atendiendo y esperando contribuir a la interpretación de líneas de su poética. Los estudios de lengua y cultura griegas clásicas y nuestros trabajos de investigación anteriores, que tenían en cuenta esta presencia, fueron muy provechosos para la lectura de la poesía en tanto pudimos dar con huellas concretas de ese mundo y también de una fuerte impregnación católica que matiza la poética de Lezama Lima. El trabajo de esas dos vertientes, entonces, se realiza mayormente en la primera mitad de la obra de Lezama, insistiendo en algunos textos y poemas porque creemos que es el modo más viable para plantear estas cuestiones con cierta profundidad y con la mayor riqueza posible. En esta línea, ciertamente, nuestra investigación vuelve una y otra vez a un texto inicial, “Muerte de Narciso” que nos llevó a Lezama Lima, de allí a Valéry y a interrogarnos acerca de la importancia del linaje en Lezama planteado en un contraste singular con estéticas vanguardistas que insistían en la ruptura que en un nivel superficial incluye a las grandes figuras modélicas.