Este trabajo se propone demostrar cómo a lo largo de la breve historia de la República de Estonia, y en su conformación como tal, muchos compositores nacidos en el territorio estonio han usado textos de poetas con tendencias “nacionalistas”, melodías populares en obras académicas y hasta representaciones musicales de paisajes propios de su país para recrear y resignificar su concepción de pueblo libre. El territorio que actualmente conforma la República de Estonia ha sufrido ocupación extranjera por muchos años hasta la llegada de su segunda independencia el 20 de agosto de 1991. Diversos imperios se han disputado su territorio que, evidentemente, está ubicado en un punto político estratégico del mapa: daneses, suecos, alemanes y rusos, estos últimos con importante predominancia en la historia de la región. Haciendo uso de su enorme tradición coral, los estonios han podido utilizar su canto como un arma política en contra de sus conquistadores, como herramienta de protesta, resistencia y de autoafirmación nacional. Incluso, un hecho peculiar tuvo lugar el 23 de agosto de 1989 que fue el detonante que, dos años más tarde, les daría la libertad a los tres países bálticos: cerca de 2 millones de estonios, lituanos y letones formaron unacadena humana de más de 600 kilómetros que cruzaba los tres países y que exigía a la Unión Soviética, de manera pacífica y con la voz cantada como única arma, la libertad política, cultural e idiomática.