Expondré las tesis leibnicianas respecto del conocimiento de los fenómenos vitales, su carácter empírico e hipotético. Luego enunciaré algunas razones por las cuales las conocidas tesis relativas a los seres vivos y los organismos que se repiten en su obra madura no cumplen un papel en esa teoría, en la medida en que no trazan una línea demarcatoria entre mundo animado e inanimado en el sentido habitual. Para ello será necesario analizar también los escritos metodológicos y científicos de Leibniz y no sólo las obras metafísicas de la madurez, las que fueron conocidas por los filósofos de las ciencias de la vida en el siglo XVIII.