“Una revista independiente es una revista que no tiene otros dueños que los que la hacen y que no tiene negocios paralelos más que el periodismo”, dice Ingrid Beck, directora de Barcelona. “Se mueve ideológicamente según sus convicciones, no según criterios económicos”.
Convicción. Vocación. Pasión. Es eso lo que reúne a cerca de 200 publicaciones que actualmente integran la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina (ARECIA). Lo que hacen no es una mercancía. Diversas en sus contenidos y en sus estéticas, todas implican otra forma de producir, que no busca multiplicar el lucro para considerar sostenible a un medio, sino la justa remuneración del trabajo realizado en forma autogestionada. Muchas veces no lo logran, pero siguen adelante: “Sabemos que cada uno daría la vida por lo que hace. Somos acción, intransigencia y rebeldía”, define Claudia Acuña, referente del colectivo Lavaca, que edita Mu: “Por todo lo que mueren los demás, que es el prestigio, a nosotros no nos mueve un pelo. Sí nos mueve y nos podemos llegar a matar si alguien se mete con nuestro producto, porque es nuestra vida. Entre revista y vida, no hay diferencia”.