En 2006, el despido de los empleados contratados en Desarrollo Social desató un importante conflicto en el que terminaron involucrados funcionarios municipales, los gremios de trabajadores municipales (en particular, ATE y UPCN) y organizaciones sociales de la región (en particular, las enroladas en el Frente Popular Darío Santillán, FPDS).
En este artículo analizamos la dinámica de ese conflicto, reflexionando sobre la forma y naturaleza de la acción colectiva. Nos interesa resaltar el lugar que tuvieron las organizaciones, en particular ATE y el FPDS, en la articulación de la lucha. Mientras ATE actuó a la manera de una tradicional organización de trabajadores ocupados, desactivando la lucha, el FPDS mostró las potencialidades y límites de una nueva forma organizativa multisectorial. Por otra parte, debatimos la articulación que se produjo entre las condiciones subjetivas y objetivas a la hora de dar cuenta de las modalidades, características y tiempos de la lucha de los trabajadores. Por último, intentamos pensar, a partir de esta experiencia concreta, el problema de clase como sujeto colectivo, múltiple y plural que se constituye en la lucha y no como objetividad preconstituida.