La frase con la que Rousseau inicia el prólogo del romance epistolar más leído en Hispanoamérica a principios del siglo XIX, condensa una idea sobre la literatura que adoptaron los intelectuales romántico- liberales después de las independencias: civilizar a través de la literatura. Uno de estos grupos, la generación argentina de 1837, tuvo entre sus miembros fervorosos lectores de novelas que vieron en este género y en el folletín un modo privilegiado de difusión de sus ideas.
Información general
Fecha de publicación:2010
Compilador:Folger, R. | Leopold, S.
Idioma del documento:Español
Editorial:Iberoamericana/Vevuert
Institución de origen:Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
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