En el contexto de testing, el uso de entradas generadas de manera automática, sobre las cuales se va a ejecutar el programa bajo prueba, es una práctica cada vez más común. En el caso particular de tipos de datos complejos, como los encontrados en programación orientada a objetos, una de las técnicas utilizadas se basa en el uso de mecanismos de reflexión provistos por el lenguaje, y especificaciones para evitar la generación de entradas inválidas. Sin embargo, cuando las especificaciones son débiles pueden llevar a construir objetos espurios, es decir, inválidos o no construibles por la API asociada al tipo del objeto. Estos objetos pueden llevar a falsos negativos: tests que fallan cuando no existe un bug e incrementan el trabajo del tester que deberá filtrar los tests que efectivamente evidencian un bug de aquellos que fallan solo por una entrada inválida; y falsos positivos: tests que deberían fallar pero que no lo hacen debido a que la entrada inválida enmascara el bug. En este trabajo evidenciaremos el problema mediante un ejemplo y delinearemos los componentes y pasos necesarios para construir una técnica que detecte cuando un objeto es inválido con respecto al API.