Memoria, identidad, Arqueología y comunicación, son cuestiones que se encuentran estrechamente vinculadas. Esta relación no siempre fue clara y evidente, pero a partir de los últimos años ha cobrado gran relevancia tanto en las Ciencias Sociales, y en particular en la Arqueología. La inquietud por el pasado y los orígenes que tenemos como sociedad ha llevado a que se revea el rol que la arqueología juega en la construcción de la identidad y su aporte a la memoria colectiva. La memoria social, como sistema de significados y representaciones de la experiencia colectiva, siempre se debate entre la relación que existe entre el pasado y el presente. «La función principal de la memoria es la de promover un lazo de filiación entre los miembros de un grupo con base en su pasado colectivo” (Peralta 2007: 5); “La memoria permite crear una imagen del pasado que corresponde a los marcos de significación del presente»(Peralta 2007:16). A través de las formas de expresión relevantes, bienes tangibles e intangibles, nos dice quienes somos, identifica al grupo.