La forma más usual de violencia que sufren las mujeres se da en el marco de la intimidad de su pareja. Por ello consideramos de alta relevancia afrontar esto en los inicios de las relaciones de pareja, es decir durante los noviazgos adolescentes, momento vital donde pueden consolidarse modalidades de relacionamiento basadas en la asimetría de poder a favor de los varones y en perjuicio de las mujeres.
Por ello esta propuesta se dirige al sector de jóvenes adolescentes, de ambos sexos, considerando imprescindible la prevención de violencia que promuevan vínculos saludables y en consecuencia la construcción de nuevas masculinidades. Esto en consonancia con los últimos lineamientos de NNUU[i].
Abordar esta problemática en la adolescencia, comporta un importante factor preventivo en términos de protección de derechos y de intervención sobre las subjetividades de Adolescentes en pleno proceso de estructuración psíquica, promoviendo la desnaturalización y visibilización de las violencias contra las mujeres y la toma de conciencia de la problemática.