Un nuevo paradigma se ha abierto en los últimos años en lo que se refiere al uso de extractos vegetales como tratamiento único o complementario en diversas patologías clínicas que afectan la salud de miles de personas. Con urgencia hemos visto la necesidad de volver la mirada al uso de plantas que ancestralmente se emplearon para diversos síntomas y enfermedades. Si hay una planta que milenariamente ha servido a las practicas medicas ha sido la Cannabis sativa, su conocido poder antinflamatorio, analgésico, antianorexico y de relajación muscular entre otras, hacen de ella una opción válida y necesaria para el consumo de sus derivados como son el aceite y las resinas, en patologías clínicas bien definidas que ya están siendo utilizadas por pacientes. Ante la falta de una entidad que apoye este tipo de iniciativas, diagnósticos e investigaciones que apoyen el debate, se propone en el presente proyecto de extensión dar soporte desde la identificación, cualificación y cuantificación de los derivados del Cannabis que están siendo usados por los pacientes y recomendados por el personal médico, para aportar desde la ciencia herramientas concretas en pro de mejorar la calidad de vida de los pacientes.