Como toda estrategia de desarrollo, el proyecto que se fue conformando en Argentina a partir de 2002 enfrentó una serie de barreras y límites. Barreras en el sentido hegeliano, superables dialécticamente dentro del mismo proyecto hegemónico (es decir, el proyecto societal de las clases dominantes), y límites, en el mismo sentido, incapaces de ser superados sin romper el bloque hegemónico (esto es, el bloque social con capacidad fáctica para orientar la reproducción social a los fnes de la reproducción material de su posición dominante).