La formación de mediadores de cultura escrita en el contexto educativo supone articular, de manera coherente y dialéctica, dimensiones teórico-metodológicas con decisiones de gestión política y técnica relativas a planes y programas desarrollados por los Estados en diferentes escalas. La dimensión teórica incluye conceptos como los de lectura, cultura escrita, formación y docencia, y debates iniciados hace ya varias décadas acerca de quiénes (animadores, promotores, docentes, familias…) y cómo podrían lograr (contagiando, animando, fomentando, enseñando…) que los ciudadanos permanezcan e incidan en esa cultura siempre cambiante. Entre las decisiones de gestión se incluye la planificación, desarrollo y evaluación de las acciones que suponen tomar determinaciones sobre temas como su ámbito de influencia, los contenidos de la formación, alcances y escalas, sujetos, roles y funciones, mecanismos de evaluación, etc.