La producción obtenida en las huertas familiares tiene gran importancia en la economía social ya que provee de alimentos para la familia y constituye una fuente de ingreso. La misma está sujeta a los factores estacionales y de mercado comunes a la horticultura en general y otros particulares de la escala de producción. El horticultor familiar procesa sus productos primarios como una alternativa que agrega valor y disminuye las pérdidas inherentes a la alta perecibilidad de sus producciones. Las formas de elaborar estos productos son diversas, responden a distintas culturas y concepciones sobre la calidad. Para ingresar legalmente en el mercado los productos, los procesos y los establecimientos deben reunir requisitos constituidos en normas. La normativa actual ha comenzado a contemplar a esta escala de producción estableciendo exigencias en el plano higiénico sanitario y edilicio para distintos tipos de alimentos. En este proyecto la universidad como organismo del estado se propone acercarse al productor y sus organizaciones para acompañar el proceso de consolidación de estas formas de producción responsable y de creciente integración a un mercado formal.
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