Este tema, referido a todos los aspectos de la creación artística, es tratado someramente, como pasando por encima, en los tratados de Estética y en los libros que se refieren a problemas estéticos. Y resulta lógico que así sea, ya que su solución, poseyendo una clara orientación teórica en materia de arte y creación literaria, no puede jamás quedar obscurecida por aspectos ideológicos y aún decididamente políticos, como ocurre entre nosotros. Para que no se confunda en modo alguno nuestra posición, aclaremos que no negamos la posibilidad, la oportunidad, la validez y aún la perennidad que puede tener un arte comprometido. Sólo creemos que hay arte comprometido y arte que no lo está, por razones que quizá se vayan aclarando a lo largo de este trabajo.
Menos aún negaríamos las infinitas modulaciones que imprime a la obra estética el tiempo en que ha sido creada y las raíces alimentadas en el terreno social que la obra estética tiene, positiva o negativamente, según los casos. Nuestro punto de partida, pretende únicamente hacer notar que no es lícito contestar a ningún interrogante formulado en términos que hagan problemático lo nacional frente a lo universal, en materia de arte, si no es partiendo de una posición teórica estética; porque todos los demás puntos desde los cuales queramos contemplar la posible respuesta, se refieren en el mejor de los casos a elementos, a componentes, pero no al ser de lo artístico y, en nuestro caso específico, al arte cinematográfico.
Mas todavía es preciso añadir otra aclaración: en el cinematógrafo, todos aquellos factores acerca de los cuales hemos hecho la advertencia anterior, cobran una importancia mucho mayor que en las otras artes y no pueden ser excluidos del análisis. Queda por saber si, pese a ello, la consideración teórica es o no, en última instancia, independiente de ellos y en qué términos puede serlo. Por último, debemos añadir que, además, el arte todo de nuestro tiempo revisa sus principios esenciales y descubre sus profundas raíces sepultadas en íntimas capas de la vida social, inseparables de su propia historia.