Consideramos que enseñar ciencia desde las primeras etapas de aprendizaje favorece el desarrollo de las capacidades de observación, análisis, razonamiento, comunicación y abstracción, permitiendo pensar y elaborar pensamientos de manera autónoma. Por eso, implementamos talleres de ciencia no sólo para que incorporen conocimientos científicos, sino para que desarrollen habilidades y herramientas de utilidad en su vida cotidiana y en sus futuras actividades. El contacto con la ciencia logra en los niños más pequeños una mejor organización de los pensamientos, permitiéndoles entender los hechos que los rodean con una concepción diferente. Durante diez años desarrollamos este proyecto en jardines de infantes de la provincia de Buenos Aires con muy buenos resultados. En síntesis, realizamos visitas semanales eligiendo las actividades junto con los docentes, evaluando el grupo, edad, maduración, etcétera. Propiciamos un ámbito donde se sientan cómodos y a gusto, pudiendo preguntar, sugerir y expresar sus opiniones. Les hacemos preguntas, para incentivarlos a compartir sus ideas con nosotros y con sus pares, ayudándolos a razonar científicamente. Posteriormente, proponemos actividades de fijación de los contenidos de cada taller (actividades plásticas, musicales y/o literarias). También comenzamos a formar en esta área a docentes del nivel con el fin de multiplicar los alcances del proyecto.