La energía nuclear pasará seguramente a la historia como el descubrimiento que ha incidido más profundamente en la vida de los pueblos, en forma inmediata. Pero, también, muchos años han de pasar para que esos mismos pueblos juzguen que los beneficios que la energía nuclear augura, llegan a compensar las dos primeras irrupciones que esa misma energía hiciera en su debut. Es ese comienzo dramático el que llevó a la energía nuclear a la obligada posición de primera página en que se encuentra desde el primer día, y el que ha hecho, por reacción, que se vuelquen los esfuerzos a las aplicaciones destinadas al progreso. Sin esa trágica presentación, es dudoso que la marcha posterior hubiera sido lo que es.