Diversas transformaciones actuales promueven un reposicionamiento de la cultura en el plano teórico-epistemológico de las ciencias sociales, a la vez que estimulan y amplían una mayor comprensión acerca de su papel en la investigación, el desarrollo y la innovación. Paralelamente, en el marco de la expansión de los servicios de comunicación audiovisual, los nuevos formatos de producción y difusión de la cultura impulsan que la misma se involucre en procesos de producción complejos y a gran escala que trascienden las fronteras nacionales. Por su parte, el contrato social entre la universidad y la sociedad se reconfigura comprensivamente al expandir las posibilidades de establecer redes con diversos actores (gubernamentales, económicos y productivos, entidades culturales, del sistema educativo en su conjunto, etcétera), alianzas y convenios con centros internacionales de investigación y producción cultural, y también de creación artística. Estas mutaciones generan marcos más dinámicos de vinculación universitaria, a la vez que invitan a reflexionar sobre la orientación sectorial, local, regional y mundial.