Este trabajo se limita exclusivamente a recordar un libro de viajes; decimos recordar, pues fue editado a fines del siglo pasado, pero evidentemente un tanto olvidado por quienes acostumbran a consultar este tipo de fuentes.
Olvido a nuestro juicio injustificado ya que reune condiciones suficientes para figurar en cualquier bibliografía de viajeros.
Tiene dos características elogiables; la primera no es nueva en las relaciones de viajeros, una posición serena, tranquila, frente a los hechos que relata, sólo trastocada en muy pocos casos en que el autor consustanciado con los problemas que soportaba el país en aquella época se exalta un tanto y hace crítica, quizás algo severa pero justificada. El segundo mérito reside en que es un libro fácil de leer, de prosa ágil, agradable y salpicada de mil cosas; un bazar con los matices más diversos pero todos que hacen a una descripción completa de nuestra vida a fin de siglo.