Desde antiguo se planteó el hombre el interrogante: ¿qué es la materia? Demócrito con su atomismo especulativo primero, siguiéndole luego, con saltos de siglos, Gassendi, Newton, Descartes, sostenían que la materia se compone de partículas sólidas, impenetrables, invisibles. Ejemplificaba Newton, que el agua, cuerpo material, es invariable en sus propiedades y las partículas que la componen no han de poder gastarse ni destruirse. Son los químicos, al comienzo del siglo xix con Dalton a la cabeza, quienes introducen de manera sistemática la noción de átomo en la ciencia moderna. Son ellos que, en el juego de las reacciones químicas, nos dan las primeras leyes cuantitativas para la formación de los compuestos moleculares, bien definidas.
La Teoría atómica se impuso a través de Avogadro con su Volumen molecular y el número N de moléculas contenidas en una molécula-gramo; a través, también, de los cuidadosos trabajos del físico- químico Jean Perrin en la determinación experimental de aquel número N. De las leyes de la electrólisis de Faraday surgió la noción de Electrón vinculado a la valencia química y a la vez como componente del átomo.
Después el átomo hace su entrada en la Física. La medida de la carga y la masa, sobre todo por las ingeniosas experiencias de Millikan, dan sello de identidad al nuevo ente, realidad certificada, igualmente, por los estudios sobre los rayos Catódicos como por los rayos Beta de los cuerpos radioactivos.