Desde el último cuarto del siglo XVII y hasta el fin de la Guerra de Sucesión de España (1713), Francia diseñó diversas estrategias para adquirir una presencia cada vez más importante en el comercio atlántico de los territorios americanos de la Monarquía Española. Dentro de esas estrategias generales, el Rio de la Plata tuvo un papel de relevancia ya que era percibido, con razón, como un buen medio de acceder a las riquezas altoperuanas evitando la mediación andaluza. En principio, el Rio de la Plata puede ser percibido como un punto marginal de la Carrera de Indias durante esta época. Al mismo tiempo, en cuanto se refiere a las acciones del comercio francés para apropiarse de una parte sustancial de los flujos mercantiles, como un sitio de paso en la ruta hacia el Mar del Sur.