Las estrellas peculiares se caracterizan en lo que a su composición química respecta por una abundancia excesiva de elementos con Z > 26, que puede llegar a dos órdenes de magnitud con respecto a la abundancia solar. Los intentos de explicación de estas anomalías de abundancia han relacionado casi siempre éstas con los campos magnéticos muy fuertes de estas estrellas. Valores típicos de la componente horizontal del campo medio de la estrella son del orden de un millar de gauss.