En los últimos veinte años la Historia de la Educación en la Argentina ha incorporado nuevos enfoques teóricos, distintas perspectivas metodológicas, renovadas aproximaciones epistemológicas, diversas fuentes y múltiples temáticas. Entre estas últimas emergieron lentamente las problematizaciones sobre los cuerpos —y sus múltiples dimensiones— en el particular campo del discurso pedagógico moderno, los dispositivos escolares, los sistemas de instrucciones públicos, las instituciones y culturas escolares, el universo de los rituales, los formatos educativos “alternativos” y todo aquello vinculado con la trama pedagógica, educativa y/o escolar. Alejándose de las perspectivas que históricamente identificaron a los cuerpos como materialidades “naturales”, dadas, inmutables, inmóviles, eternas y universales; diversos trabajos comenzaron a conceptualizarlos como construcciones socioculturales históricamente situados, atravesados por ciertas prácticas, saberes y discursos, en el marco de determinadas lógicas institucionales e insertos en ciertas tramas de sentidos y significados específicos y particulares.