La irregularidad desde el punto de vista del dominio refiere a posesiones de inmuebles a los que se accede por vías no formales y/o en los que no se inicia o queda inconcluso el debido proceso registral, con la confección de la escritura a nombre del o los titulares del dominio.
Podemos agrupar las situaciones de irregularidad dominial según tres diferentes formas de acceso al suelo (que a su vez encierran diferentes casos): la adquisición regular sin culminar el proceso registral, la ocupación directa de tierras, la compra en el mercado irregular (Clichevsky 2003).
Cuando la irregularidad está referida a las condiciones urbanoambientales se trata de casos que no cumplen con las normas urbanísticas que fijan estándares mínimos de habitabilidad: son áreas habitadas emplazadas en zonas no aptas para residencia (planicies de inundación de los cursos de agua, bañados, áreas contaminadas o de pendiente pronunciada, entre otras) o de parcelas y/o construcciones que no cumplen con la normativa vigente al respecto.