Las superficies expuestas al ambiente exterior soportan una gran variedad de microorganismos, organizados en complejas biopelículas, constituidas por bacterias y cianobacterias, algas verdes, protozoos, rotíferos, nematodos y una amplia variedad de hongos (Gaylarde et al 2011). Si bien algunos autores primarios, otros proponen a los microorganismos fotosintéticos para este rol. Estas películas, no solo causan un cambio en la apariencia estética de los materiales, sino que puede comprometer la durabilidad de las estructuras debido al deterioro que causan (Tran et al, 2014).