La obra de Althusser experimenta hoy un destino singular. Rescatada del olvido en 1992 por la publicación de su autobiografía, El porvenir es largo, se ha enriquecido con numerosos volúmenes de textos inéditos y la reedición de escritos inconseguibles en librerías. Estaban dadas todas las condiciones para un reexamen crítico de su pensamiento, tal como lo sugiere la cantidad de obras, artículos y coloquios que le fueron consagrados. Por muchas razones, esto no fue lo que ocurrió. Más allá de las polémicas estériles sobre el status de la “obra reconocida” y la obra póstuma, el problema de las relaciones entre lo biográfico y lo conceptual, las querellas sobre la herencia y el resentimiento hacia el hombre y el maestro, los comentaros psiquiátricos indiferentes a la realidad de los textos y del “caso”, hay una constatación que debe ser remarcada: el campo de los estudios althusserianos no ha sido constituido.