Acabo de efectuar una excursión por la espléndida región de las antiguas Misiones, y tratando de apuntar en mi diario de viaje las observaciones que hoy presento, bien ó mal escritas, creo que habré contribuido á hacer conocer parte de un territorio que hasta ahora ha sido poco estudiado.
Escribo para todos: la parte científica la encontrará el lector en los apéndices. He oido decir á un amigo, dando su opinión sobre un libro: es muy bueno, sobre todo en los capítulos en que el autor se ha olvidado de que era un hombre de ciencia.
Debo hacer constar también que he tenido la suerte de que el agrimensor nacional don Juan Queirel, uno de los pionners de la primera hora de Misiones, me cediese su diario de viaje durante la mensura practicada de los campos de los señores Ambrosetti y Storni, el que publico casi íntegro, intercalando sus páginas llenas de datos interesantes, entre las mías.
Al señor Queirel debo también muchas de las fotografías que acompañan este trabajo.
El diario de viaje del señor Queirel se hubiera perdido seguramente, porque con su modestia habitual, no creyéndolo de importancia, habíalo archivado: felizmente, accediendo á mis ruegos, me lo entregó, y hoy, al publicarlo junto con el mío, me hago un deber de consignarlo; y como no quiero vestirme con las plumas del grajo, los capítulos que le pertenecen llevarán el título de Expedición Queirel, é irán colocados en su lugar correspondiente, á fin de no alterar el plan general de la descripción.